Estrechas calles de piedra y edificios antiguos dificultan la accesibilidad a las personas con movilidad reducida en el casco histórico de Baiona. Pero el Concello trata de superar las barreras que los siglos le han colocado. La «oruga» de la casa consistorial o el ascensor del Museo de la Navegación dan paso ahora al traslado de la entrada a la biblioteca pública.
Las interminables escaleras de la calle Manuel Valverde dejarán de ser un obstáculo para acceder a la biblioteca municipal de Baiona en las próximas semanas. La entrada a la sala de lectura se traslada a la parte superior del edificio, por la zona de Santa Liberata. El Concello realiza una reforma en dicha parte del edifico para hacer posible que las personas con movilidad reducida puedan adentrarse en el inmueble fácilmente.
Los trabajos cuentan con un presupuesto de 20.000 euros, según explica la concejala de Urbanismo, Ana Simons. Su departamento dirige las obras en estrecha colaboración con el de Accesibilidad, que coordina Policarpo Vilar, bajo la filosofía de convertir la villa real en un lugar más accesible, especialmente en el casco histórico, donde las antiguas construcciones y el diseño de las calles dificultan especialmente la circulación en silla de ruedas o con cochecitos.
El proyecto consiste en la eliminación de barreras en el acceso al inmueble del siglo XVI, que albergó el antiguo hospital Sancti Spiritus, y en la sustitución de la cubierta de la solana para evitar desprendimientos, ya que se encontraba muy deteriorada.
La transformación de la biblioteca sucede a otros proyectos en busca de la accesibilidad de los edificios emblemáticos del municipio como la «oruga» que sube sillas de ruedas por las escaleras de la casa consistorial o el ascensor instalado en la Casa Carvajal en su última reforma para albergar el Museo de la Navegación.